POLICIÓN: Visión Política

La indigencia, un problema que necesita solución
Por: Ana María Castaño

Foto: Cortesía www.elmundo.es

En la ciudad de Medellín existen aproximadamente ocho mil personas en condiciones de indigencia. El Poblado, Laureles, el Centro, San Diego y La América, son los lugares de mayor concentración de esta población.

En muchos casos la indigencia se ha convertido en negocio. Algunos estudios han comprobado que hay gente con propiedades y que tiene esta labor como una opción de empleo y enriquecimiento.

Sin embargo, no se puede desconocer que la s condiciones de pobreza de la ciudad, la inequidad y la violencia también ha obligado a muchas personas y familias enteras a recurrir a la limosna para poder subsistir. A ello se suman los problemas de drogadicción que llevan a otras personas a estar en estas condiciones.

Hay otras causas del aumento de la indigencia en Medellín. En primer lugar la falta de empleo, de capacitación, de oportunidades y el desplazamiento. Otra razón, es que esta ciudad es considerada como una buena plaza para la indigencia. Se ha comprobado que muchas de las personas que habitan las calles vienen de otras ciudades como Pereira, Armenia, Manizales, Bogotá, Quibdo, entre otras.

Pese a la tarea que inició la Secretaría de Bienestar Social para ofrecer un trato digno a estas personas y facilitarles un lugar donde bañarse o hacer sus necesidades, con los baños públicos ubicados bajo el puente San Juan, el reto de la nueva administración y del Concejo municipal consiste en solucionar este problema que se va tornando cada vez más preocupante.

A la ciudad le hace falta una política municipal para recuperar la dignidad humana de Medellín. De hecho, la anterior administración inició una campaña para la eliminación del combustible que pone a rodar este engranaje: la limosna.

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La campaña fue lanzada en el 2007 por parte de la Secretaría de Bienestar Social del Municipio de Medellín, para motivar a la ciudadanía a no dar limosnas. Con el mensaje "No le dé limosna. Mejor déle la mano". De esta manera se pretende acabar con el negocio de la mendicidad que ha proliferado en la ciudad y que pone en riesgo a la niñez, que es utilizada por algunos como mendigos.

La idea es enseñarle a la comunidad que la limosna en la calle no sirve para nada, si se le da un billete o una moneda a un niño, estos van a parar en manos de un abusador, que luego se los gasta en vicio y licor.

La invitación de la Secretaría de Bienestar Social es a canalizar las ayudas en instituciones, parroquias, voluntariados, hogares infantiles, ancianatos o ONG, que trabajan y desarrollan todo un proceso de atención con las personas realmente necesitadas.

Opinión:

John Robert Grajales, estudiante de Comunicación Social- Periodismo de la Universidad de Antioquia.

¿Cuál piensa usted que es la política que debe implementar el nuevo alcalde para acabar con la indigencia?

“Deberían optar por acoger las propuestas que tenía Luis Pérez para acabar con la indigencia: primero los indigentes piden porque tienen hambre, para lo cual habría que crear comedores comunitarios..

Segundo, piden porque no tienen trabajo. Por lo cual es necesario crear unas microempresas dedicadas a darle trabajo a estas personas. Y en tercer lugar, hace falta centro de rehabilitación. Por ello se deben construir unos centros rurales de rehabilitación, con pabellón para adultos y otro para niños.

Lucena María Brandt, vendedora de un almacén.

“Yo pienso que no todo esta en manos de la Alcaldía. La gente debe tener conciencia de lo que es el problema de la indigencia, y no dar limosna, de esto depende un poco que la indigencia se reduzca, ya que esto es una especie de plaga que se puede controlar, pero no acaba, la indigencia da lástima.

Lo que sí puede hacer la nueva administración es promover más las campañas que ya existen, para así reducir esta lastimosa situación.”