Gloria Gómez
Docente de Cátedra
Cultura Idiomática III

jueves, 24 de enero de 2008

Moravia: el reto del cambio social para Medellín.

Por: Víctor Hugo Chacón
Medellín


El Macroproyecto de reubicación de Moravia fue uno de los más ambiciosos e importante de la anterior administración de Sergio Fajardo, ahora, con Alonso Salazar se espera que llegue a feliz término su ejecución.

Moravia y sus crepitantes paredes de cartón, el olor a almizcle y carroña fue un lugar casi escondido durante más de 50 años.

En sus calles hay un olor agrio de ciudad y hollín. En sus gentes sonrisas y sudor. Tuvieron que pasar muchos años de olvido y descuido para que una Administración Municipal pusiera sus ojos en ella y diera inicio a la renovación urbana y social de este sector de la ciudad. Por supuesto el problema es grave y tiene años de afianzamiento, por ende la solución no va a ser definitiva ni inmediata.

El Macroproyecto de Intervención Integral en Moravia y su área de influencia está basado en componentes sociales, urbanísticos y ambientales.

El proyecto pretende, “contribuir al mejoramiento de la calidad de vida de la población, promoviendo el desarrollo humano integral y sostenible por medio de acciones de reordenamiento urbano y mejoramiento de las condiciones ambientales, socioculturales y económicas”. En dicho proyecto se esperaba que para el 2007 el proceso de reasentamiento del barrio el Oasis y El Morro estuviera concluido. Aunque no ha finalizado el proceso de traslado se espera que para este primer semestre de 2008 las familias que habitan El Morro estén reubicadas en distintos sitios de la ciudad.

De acuerdo con el gerente del Macroproyecto, Hernando Ramírez, la reubicación de las familias de Moravia, en los distintos proyectos, es un proceso que inició a mediados de diciembre del 2006 y que tiene hoy cerca de 729 familias en su nueva casa. En el sector de Pajarito, en las urbanizaciones de La Aurora hay 280, en La Huerta, 214; en Las Flores, 34; Los Álamos, 71 y el resto están ubicadas en vivienda usada. “El total de familias asignadas al proyecto son 1.700 familias, pero aún están en construcción proyectos en La Huerta, La Cascada, La Aurora. Están faltando por asignación de subsidios 300 familias porque no tienen acceso a vivienda tipo 1, debido a que el valor de sus viviendas supera el de una de interés social”.

Para el 2011 se espera que el macroproyecto y sus intenciones sociales, de educación, movilidad y medio ambiente sean visibles para toda la ciudad.

A partir de junio del año 2006 la Alcaldía de Medellín tomó entre sus prioridades y como parte del programa de gobierno, la recuperación y reasentamiento del sector de Moravia. En el Morro fue declarada la calamidad ambiental por parte del Ministerio del Interior y fue necesario acelerar el proceso de reubicación debido a la exposición de los habitantes a los gases nocivos que hay en el lugar. (Hace 50 años estos terrenos servían como basurero de la ciudad). Muchas fueron las tragedias que padecieron los habitantes de este lugar.

Las condiciones de sus viviendas las hicieron propicias a múltiples incendios. El año pasado se presentaron dos casos. El primero de ellos a principios del año en el que murió un niño de 5 años y la destrucción de más de 200 casas. A finales de diciembre también se presentó otro caso donde no hubo víctimas fatales.

Pese a que muchas familias ya han abandonado el lugar todavía hay habitantes que se rehúsan a marcharse de allí y a entender los beneficios del proyecto. “La verdad, aquí sólo han venido dos o tres veces a reunirse con la comunidad. Pintan castillos en el aire, todo muy fácil, muy bonito y, quizás sí, el proyecto nos va a beneficiar pero no entiendo por qué insisten en ocultarnos el costo que va a tener para nosotros”, dice Rosalba García, habitante del barrio.

Muchas de las personas efectivamente se trasladaron al lugar que el municipio tenía destinado para este fin, en este caso la Ciudadela Nuevo Occidente, en el sector de Pajarito, algunas argumentan que “nadie tiene que decirles lo que tienen que hacer”, incluso se puede ver que confirman su afecto por el espacio cuando se menciona que deben ser reubicados.

Algunos se preguntarán si los planes de gobiernos, con intenciones de progreso, son tomadas como tal por los pobladores. En ello también existen intereses particulares y politiqueros de personas que aún se resisten a salir de allí porque consideran que les vulneran sus derechos.

Alonso Salazar encuentra entonces una Moravia revuelta y compleja, con aciertos importantes y un camino abierto, como el proceso de desarme, la intención de inclusión en la ciudad como espacio importante y productivo, pero también con problemas como el desarraigo de sus pobladores, la negativa a nuevos espacios de inserción, desempleo y drogadicción, problemas que parecen negarse a salir de las entrañas de esta sociedad, pese a programas como el Macroproyecto de Moravia, al que se le asignaron más de 50.000 millones de pesos para la primera fase.

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